es el
conjunto de elementos que tiene la misión de hacer llegar el giro del motor
hasta las ruedas motrices.
Con este sistema también se
consigue variar la relación de transmisión entre el cigüeñal y las ruedas. Esta
relación se varía en función de las circunstancias del momento (carga
transportada y el trazado de la calzada). Según como intervenga la relación de
transmisión, el eje de salida de la caja de velocidades (eje secundario), puede
girar a las mismas revoluciones, a más o a menos que el cigüeñal.
El cigüeñal es una de las partes
básicas del motor de un coche. A través de él se puede convertir el movimiento
lineal de los émbolos en uno rotativo, lo que supone algo muy importante para
desarrollar la tracción final a base de ruedas, además de recibir todos los
impulsos irregulares que proporcionan los pistones, para después convertirlos
en un giro que ya es regular y equilibrado, unificando toda la energía
mecánica que se acumulan en cada una de las combustiones.
Si el árbol de transmisión gira
más despacio que el cigüeñal, diremos que se ha producido
una des-multiplicación o reducción y en caso contrario una
multiplicación o súper-marcha.
El sistema de
transmisión se compone de los siguientes elementos:
1.
Embrague: Acopla o desacopla el motor
de la caja de velocidades.
2.
Caja
de velocidades: Realiza una
multiplicación o des-multiplicación variable del giro que recibe de
motor, proporcionando fuerza o velocidad en función de las necesidades,
aprovechando al máximo la potencia del motor y su rendimiento.
3.
Árbol
de transmisión: Transmite el
movimiento de la caja de velocidades del grupo-cónico diferencial.
4.
Grupo
cónico-diferencial: Convierte
el movimiento giratorio longitudinal que recibe el árbol de la transmisión en
movimiento giratorio transversal que envía a las ruedas. Desmultiplica
constantemente las revoluciones del motor y permite que en las curvas la rueda
exterior gire más deprisa que la interior. En el caso de los vehículos pesados
el sistema suele ser el nombrado, pero en vehículos pequeños, cuando el motor
está situado en el mismo sitio que las ruedas motrices (motor delantero
y tracción), se prescinde del árbol de transmisión y el grupo cónico se
encuentra situado en el interior de la caja de velocidades.
5.
Palieres
o semiárboles de transmisión: Transmiten el movimiento desde los planetarios del grupo cónico
diferencial a las ruedas.
EMBRAGUE
Acopla y desacopla, a
voluntad del conductor, el motor al resto de la transmisión. Está situado entre
el volante de inercia y caja de velocidades. Debe transmitir el
movimiento de una forma progresiva y sin tirones que puedan producir
roturas.
Cabe destacar los
siguientes tipos:
a) Embragues de
fricción
b) Embragues
hidráulicos o turbo embragues.
c) Embragues
electromagnéticos.
En camiones y
autobuses los más utilizados son los de fricción y los hidráulicos.
EMBRAGUE DE FRICCIÓN
El embrague de
fricción está constituido por los siguientes elementos:
- Disco de embrague.
- Plato de presión.
- Mecanismo de presión.
- Cubierta o carcasa.
- Sistema de mando.
DISCO DE EMBRAGUE
Está constituido
por un disco de acero con unos cortes. El disco va unido a un plato interior a
través de unos muelles helicoidales, haciendo la unión elástica entre los dos
elementos, amortiguando la inercia del disco cuando entra en contacto con el
volante de inercia.
A ambos lados del
disco se colocan unas guarniciones de un material fibroso, fuertemente
adherente y muy resistente al calor y al desgaste por rozamiento.
Una de las
guarniciones entra en contacto con el volante de inercia y es la encargada de
transmitir el giro al disco de embrague. La guarnición del lado contrario entra
en contacto con el plato de presión.
El diámetro del disco
de embrague será variable, estando en función de la potencia de giro a
transmitir, es decir, a mayor potencia a transmitir mayor diámetro de disco de
embrague.
Elemento fundamental
del embrague de fricción. Al ser apretado contra la superficie del
volante, permite la transmisión gradual del movimiento de rotación entre el
volante y el primario del cambio. El movimiento se transmite por rozamiento y,
por tanto, es esencial que el volante y el disco, al entrar en contacto,
presenten un coeficiente de rozamiento alto. Con este fin, ambas caras del
disco van provistas, en la región periférica (corona), de unas guarniciones
especiales, constituidas por amianto junto con
aleaciones de cobre y aluminio (en la práctica la misma
composición de los forros de freno).
PLATO DE PRESIÓN
Está formado por un disco de acero
en forma de corona circular, que va unido elástica mente a la carcasa
por medio de los mecanismos de presión, realizando un desplazamiento axial
durante el accionamiento del pedal de embrague.
Está situado entre el
disco de embrague y la carcasa.
A través de los
mecanismo de presión, empuja fuertemente al disco de embrague contra el volante
de inercia, quedando dicho disco oprimido entre los dos elementos (volante de
inercia y plato de presión)
SITUACIÓN
DE EMBRAGUE Y DESEMBRAGUE
Cuando el pedal de
embrague se encuentra suelto (sin pisar), se dice que "el motor está
embragado". En esta situación todo el conjunto de embrague está
girando (disco de embrague, plato de presión, mecanismos de presión y carcasa).
El giro se transmite a
la caja de velocidades a través de eje primario. Cuando el pedal de embrague se
encuentra pisado a fondo, se dice que "el motor está desembragado".
En esta situación el disco de embrague no recibe movimiento del volante de
inercia.
El resto de los
elementos sigue girando al estar la carcasa atornillada al volante de inercia.
Ningún elemento del interior de la caja de cambios recibe movimiento y
permanecen estáticos, salvo que el vehículo se encuentre en movimiento y se
mueva alguno de estos elementos internos por la acción de las ruedas del
vehículo.
EMBRAGUE HIDRÁULICO
El embrague hidráulico
también conocido como "turbo embrague", es de accionamiento
automático (no hay pedal de embrague) y se utiliza para caja de velocidades con
cambio automático o semiautomático.
Está constituido por
dos coronas giratorias que poseen una serie de tabiques planos denominados álabes.
Una de ellas llamada "rueda conductora o bomba" se
encuentra unida al volante o al árbol. La otra se encuentra unida al eje
primario de la caja de velocidades y se denomina "rueda conducida o
turbina".
Ambas ruedas van
alojadas en una carcasa estanca, manteniendo una pequeña separación
entre ellas para que no exista rozamiento. El interior de la carcasa se rellena
con un líquido que generalmente es aceite mineral.
Durante el
funcionamiento del motor la bomba, que recibe el movimiento directamente del
árbol motor, produce un movimiento en el aceite que es proyectado contra los
álabes de la turbina. La energía cinética del aceite produce una fuerza sobre
los álabes de la turbina, que tiende a hacerla girar.
Cuando el motor
gira a ralentí, la energía cinética del aceite es insuficiente para
mover la turbina (mover la turbina supondría mover el vehículo), no
transmitiéndose movimiento y regresando el aceite de nuevo hacia la bomba.
Al pisar el acelerador
y aumentar así el número de revoluciones, el torbellino creado en el aceite lo
hace más consistente e incide con mayor fuerza sobre los álabes de la
turbina que empieza a moverse suavemente.
Cuando el número de
revoluciones del motor es elevado, el acoplamiento entre la bomba y turbina es
casi total, sin existir apenas un resbalamiento de aceite apreciable (poco
menos de un 2%).
La utilización de
estos embragues reportan, entre otras cosas, las siguientes ventajas:
- Ausencia de desgastes.
- Larga duración de servicio
útil.
- Arranque muy suave y
funcionamientos progresivos.
CAJA DE VELOCIDADES
Ya se ha visto cómo el
vehículo obtiene del motor la potencia necesaria para moverse a través de un
par y de una velocidad de giro a la salida del embrague. Pero esta potencia no
es directamente utilizable en la rueda, dado que el par suministrado por los motores
es demasiado bajo y la velocidad de giro demasiado alta.
La caja de
cambios es el elemento fundamental del sistema de transmisión, ya
que permite seleccionar la relación entre el régimen de giro
del motor y el que llega a las ruedas. La potencia se transmite, apenas con
pérdidas, del eje de entrada de la caja de cambios al eje de salida. Mediante
la caja de cambios, se selecciona cómo aplicar esa potencia hacia la
rueda, es decir, qué combinación de par (fuerza en el eje) y velocidad
de giro se quiere transmitir a la rueda.
Para una potencia dada
del motor, cada una de las marchas de la caja de cambios proporcionará
diferente par y velocidad de giro en las ruedas.
Una marcha corta hace
que el eje de salida de la caja gire más despacio, por lo que su par será mayor
que el de una marcha larga, en la que el régimen de giro del eje de salida será
mayor, pero a cosa de un par menor.
Normalmente la caja
transmite la potencia y aumenta el par en la misma proporción que reduce el
régimen. Así, cuanta más fuerza de tracción se quiera en las ruedas, menos
velocidad habrá de tenerse en las mismas y viceversa.
En la arrancada o en
una subida se necesita mucha fuerza de tracción (par) en las ruedas, lo cual
será a costa de una baja velocidad de giro de las mismas. Esto es lo que ocurre
cuando se selecciona una de las marchar cortas del vehículo: se tiene mucha
fuerza en las ruedas, con lo que se puede arrancar, remontar pendientes
pronunciadas o acelerar, pero a cambio, el vehículo circula a velocidad lenta.
De esta manera, se
tiene alta velocidad de avance del vehículo, pero disponiendo de menor fuerza
en las ruedas y se puede ser capaz de modificar el sentido de avance del
vehículo (hacia delante, hacia atrás), consiguiendo, además variar el par de
salida del motor, aumentándolo o disminuyéndolo, actuando como un convertidor
de par.
La caja de cambios
está constituida por una caja o cárter en cuyo interior van montados una serie
de ejes y engranajes. Asimismo, en su interior se introduce, hasta un cierto
nivel, un aceite viscoso (SAE 80), denominado “valvular".
CAJA DE VELOCIDADES CON CAMBIO MANUAL
Una caja de
velocidades manual está compuesta de engranajes de diferente tamaño. Todos
estos engranajes están colocado de tal forma, que cuando se mueve la palanca de
cambios, se está seleccionando el engranaje que se desea activar, lo que quiere
decir que para que un engranaje mueva a otro, primero deben acoplarse; a este
acoplamiento se le llama cambio de velocidad.
Para que un engranaje
se acople en posición de trabajo, se sirve de un collar sincronizador, que
permite que las revoluciones del primero, se transfieran al segundo, actuando
como si fuera una sola pieza.
Se denominan cajas
manuales a aquellas que se componen de elementos estructurales (carcasas y
mandos) y funcionalidades (engranajes ejes, rodamientos, etc.) de tipo
mecánico.
En este tipo de cajas
de cambio la selección de las diferentes velocidades se realiza mediante mando
mecánico.
Las distintas
velocidades de que consta la caja están sincronizadas. Esto quiere decir, que
éstas disponen de mecanismos de sincronización que permiten igualar las
velocidades de los distintos ejes de que consta la caja durante el cambio de
una a otra.
Los acoplamientos se
efectúan a través de cilindros de mando embridados directamente al cambio. La
palanca de cambio transmite la orden para el acoplamiento.
Según el tipo de
vehículo de que se trate y su utilización, las cajas de cambio pueden llegar a
tener entre 5 y 16 velocidades. Hasta seis velocidades los
cambios mono-bloque y el rango
de des-multiplicación está entre 4 y 9. Hasta nueve velocidades
cuentan con triple grupo: principal, distribuidor y zonal,
estos dos últimos de accionamiento neumático.
Podemos encontrar
cajas de velocidades con retardadores incorporados que pueden estar colocados
en el lado de entrada o en el de salida, bien de forma independiente o
integrados en la misma.
Caja de velocidades con cambio automático
Podemos distinguir dos sistemas, el cambio
manual automatizado y el cambio automático.
Cambio Manual Automatizado
En este sistema, el
embrague se desacopla en el cambio de marchas y de esta forma se interrumpe la
fuerza de tracción. La caja de velocidades es de cambio manual con control
electrónico. Los vehículos equipados con este tipo de cambio manual
automatizado pueden llegar a tener hasta 16 velocidades lo que
se puede igualmente traducir en un mayor rendimiento y un menor coste.
Como hemos dicho antes, el control electrónico del cambio emite las señales
necesarias para el cambio de marchas y activa el embrague.
No obstante, tanto el arranque como el embragado se realizan de la misma forma
que en el cambio manual.
Cambio Automático
Las cajas de
velocidades automáticas realizan distintos cambios de velocidades, sin la
intervención del conductor, resultando así una conducción más cómoda,
dedicándose el conductor por completo a las distintas incidencias del tráfico.
En algunos sistemas de cambio, un interruptor permite desconectar el sistema
automático.
La utilización de cajas de cambio automáticas mejora la capacidad de respuesta
del vehículo e incrementa de forma demostrada la seguridad en la conducción.
Esto se traduce en un incremento del rendimiento, un mayor control sobre el
vehículo y una mayor facilidad y comodidad a la hora de conducir que permite al
conductor anticiparse a la toma de decisiones y en la ejecución de maniobras,
algo de vital importancia para responder ante situaciones que comprometen la
seguridad.
De hecho, ya hay estudios que demuestran que la utilización d este tipo de
cajas automáticas suponen una reducción de la siniestralidad de hasta en un
10%.
Así, podemos decir que las cajas de cambios automáticas con convertidor de par
aumentan el rendimiento del vehículo, tanto en lo relativo a la aceleración
como a la velocidad, mejoran sensiblemente la maniobrabilidad e incrementan la
seguridad de la conducción al permitir una mayor concentración y comodidad en
la misma.
Estos mecanismos automáticos están constituidos básicamente por:
- Un convertidor de par.
- Varios
trenes epicicloides.
- Una instalación de mando
hidráulico.
CONVERTIDOR DE PAR
De constitución
similar a un embrague hidráulico, posee un reactor o rueda de álabes directores
situada entre la bomba (cápsula primaria) y la turbina (cápsula
secundaria).
Esta rueda directora
recoge el aceite que sale de la turbina y lo dirige contra los álabes de la
bomba dándole una inclinación adecuada.
Funcionamiento
Si la bomba gira más
deprisa que la turbina (al subir una pendiente), el aceite que sale de dicha
bomba es devuelto de nuevo a ella, con la inclinación que le da el reactor.
En este caso el
reactor permanece inmóvil, recogiendo el aceite y haciéndole incidir sobre la
bomba, sumándose a la corriente principal de impulsión. En estas
circunstancias, la velocidad del aceite que incide sobre la turbina es mayor,
aumentando la fuerza y, consecuentemente, el par motor de salida.
Cuando la bomba y la
turbina giran a velocidades similares, el aceite que sale de la turbina, sin
apenas resbalamiento, choca contra la zona posterior de los álabes del reactor.
Esto hace que gire en
el mismo sentido que la bomba, con lo que la inclinación y la velocidad de
regreso del aceite no sufre alteraciones y cesa, por tanto, la multiplicación
del par.
La rueda directora de
álabes o reactor sólo actúa sólo cuando hay resbalamiento de aceite y sólo puede
girar en el mismo sentido de giro del volante motor.
TRENES DE ENGRANAJE
Las cajas de
velocidades automáticas, están basadas en la reducción y transmisión de
movimiento por medio de trenes de engranajes epicicloides.
Estos engranajes están
constituidos por un piñón llamado "planetario", que engrana con dos o
tres piñones llamados "satélites" cuyos ejes de giro se unen entre sí
a una placa conectada al árbol de transmisión.
Estos satélites
engranan, a su vez, con una corona dentada interiormente.
En las cajas
automáticas se utilizan varios trenes de engranajes epicicloides con
distintas reducciones entre ellos, uniendo sus componentes por medio de la
fricción y frenando elementos por medio de cintas de freno acopladas en las
coronas.
Con este sistema de
cambio se consiguen unos niveles de consumo mucho más ajustados y una mayor
seguridad en la conducción del vehículo. Además, hay que añadir el mínimo
mantenimiento, su alta productividad y un control total del vehículo. Una serie
de ventajas que se suman a la principal: el alto grado de seguridad que ofrece
un vehículo equipado con cajas automáticas.
El conjunto de caja de
velocidades y mando lo componen además de la caja: un teclado de tres
posiciones (adelante, atrás y punto muerto); los sensores situado en los
pedales de freno y acelerador, que envían sus señales a la unidad de control;
la unidad de control, una memoria informatizada para almacenar datos tanto de
funcionamiento, como de diagnosis; un regulador de presión de carga de aceite,
o de gas y un interfaces que permite conectarle un ordenador
personal, bien para realizar la auto-diagnosis de la caja, bien para
cambiar el programa de gradiente (económico, de potencia, de medianas
solicitaciones, etc.) en función del itinerario a realizar.
Con este sistema también se consigue variar la relación de transmisión entre el cigüeñal y las ruedas. Esta relación se varía en función de las circunstancias del momento (carga transportada y el trazado de la calzada). Según como intervenga la relación de transmisión, el eje de salida de la caja de velocidades (eje secundario), puede girar a las mismas revoluciones, a más o a menos que el cigüeñal.
El cigüeñal es una de las partes básicas del motor de un coche. A través de él se puede convertir el movimiento lineal de los émbolos en uno rotativo, lo que supone algo muy importante para desarrollar la tracción final a base de ruedas, además de recibir todos los impulsos irregulares que proporcionan los pistones, para después convertirlos en un giro que ya es regular y equilibrado, unificando toda la energía mecánica que se acumulan en cada una de las combustiones.
Cambio Manual Automatizado
En este sistema, el embrague se desacopla en el cambio de marchas y de esta forma se interrumpe la fuerza de tracción. La caja de velocidades es de cambio manual con control electrónico. Los vehículos equipados con este tipo de cambio manual automatizado pueden llegar a tener hasta 16 velocidades lo que se puede igualmente traducir en un mayor rendimiento y un menor coste.
Como hemos dicho antes, el control electrónico del cambio emite las señales necesarias para el cambio de marchas y activa el embrague.
No obstante, tanto el arranque como el embragado se realizan de la misma forma que en el cambio manual.
Cambio Automático
La utilización de cajas de cambio automáticas mejora la capacidad de respuesta del vehículo e incrementa de forma demostrada la seguridad en la conducción.
Esto se traduce en un incremento del rendimiento, un mayor control sobre el vehículo y una mayor facilidad y comodidad a la hora de conducir que permite al conductor anticiparse a la toma de decisiones y en la ejecución de maniobras, algo de vital importancia para responder ante situaciones que comprometen la seguridad.
De hecho, ya hay estudios que demuestran que la utilización d este tipo de cajas automáticas suponen una reducción de la siniestralidad de hasta en un 10%.
Así, podemos decir que las cajas de cambios automáticas con convertidor de par aumentan el rendimiento del vehículo, tanto en lo relativo a la aceleración como a la velocidad, mejoran sensiblemente la maniobrabilidad e incrementan la seguridad de la conducción al permitir una mayor concentración y comodidad en la misma.
Estos mecanismos automáticos están constituidos básicamente por: